El domingo 18 se conmemora el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, instituido para que profesionales sanitarios y población en general tomen conciencia de las precauciones a tomar con los medicamentos antibacterianos, ya que el abuso generalizado de los mismos a lo largo de las últimas décadas ha hecho que la resistencia a los antibióticos sea hoy un grave problema de salud pública que sólo en España causa tres mil fallecimientos al año, casi el triple que las víctimas mortales en carretera.
Por este motivo, la Gerencia de Atención Integrada de Puertollano del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha lleva toda la semana haciendo llegar a sus profesionales recomendaciones a través de su página web que ayuden a prevenir las infecciones bacterianas y a hacer un uso correcto de los antibióticos. Además, se ha remitido un correo electrónico a todos los médicos de Atención Primaria del Área con recordatorios sobre la prescripción de estos fármacos.
Los consejos publicitados por a GAI de Puertollano van desde la necesidad de mantener una correcta higiene de manos e instrumental hasta la de prescribir los antibióticos de conformidad con las directrices sanitarias vigentes y explicando a los pacientes cómo tomarlos correctamente y los riesgos del consumo excesivo de estos medicamentos.
Según un reciente estudio encargado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tasa de bacterias no sensibles a los antibióticos es actualmente del 17% y, si no se toman medidas, 2,4 millones de personas morirán por estas infecciones en los próximos 30 años, cifras que llevan a la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica a hablar de “amenaza” para la salud pública mundial.
El problema es que el consumo sistemático de antibacterianos favorece la aparición de resistencias, es decir, que las bacterias “aprendan”, y al cabo de cierto tiempo sean capaces de sobrevivir al antibiótico que acababa con ellas, por lo que cuanto más se prescriben estos fármacos más se facilita este aprendizaje.
Como explica Jorge Pérez, facultativo de Microbiología del laboratorio del hospital de Puertollano, “se está formando la tormenta perfecta, devolviéndonos a los años anteriores a la penicilina”. La jefa de servicio de Farmacia de la GAI de Puertollano, Purificación Ventura, se expresa en términos parecidos y señala que “nos encontramos ante la paradoja de poder salvar a un paciente con un trasplante y que se te vaya por una infección que no podemos atajar”.
Además, como subraya Jorge Pérez, que una persona genere resistencias a los antibióticos al tomarlos de forma inadecuada no es sólo un problema para ella, sino también para las de su entorno: “los antibacterianos son los únicos medicamentos con impacto ecológico porque eliminan la población mayoritaria de bacterias sensibles y favorecen el crecimiento de la población bacteriana resistente y su posible diseminación posterior, de tal forma que la acción de los antibióticos afecta al individuo que los toma y a su familia, a la comunidad y a la sociedad en su conjunto”, explica.
Convencer al paciente
Afortunadamente, los profesionales sanitarios han tomado conciencia de la importancia que tiene para la salud pública el uso correcto de estos fármacos y en casi todas las gerencias del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha se han constituido los denominados grupos PROA, encargados de desarrollar el Programa de Optimización del uso de Antimicrobianos en su área y de asesorar a los profesionales acerca del uso correcto de estos fármacos. Está previsto, además, que la Comunidad Autónoma se dote de un plan de optimización en función de nuestro perfil de prescripción y de resistencias antibióticas.
Paralelamente, se intenta hacer llegar a la población mensajes sobre el consumo adecuado de estos medicamentos, explicando cosas que parecen obvias pero que muchas veces no se tienen en cuenta, como que “los antibióticos combaten infecciones bacterianas, no por virus, por lo que no son eficaces para el 75% de las afecciones respiratorias típicas del invierno” recuerda Jorge Pérez, uno de los miembros del grupo PROA de la GAI de Puertollano.
Sin embargo, no se trata de una labor sencilla porque “los médicos de Atención Primaria, sobre todo los de Pediatría, se encuentran muchas veces sometidos a presión por parte de los pacientes que no comprenden que no se les receten antibióticos a pesar de que no tienen indicación por tratarse de infecciones víricas”, lamenta Purificación Ventura.
A este respecto, tanto Pérez como Ventura coinciden en que los pacientes pueden colaborar y mucho para combatir la resistencia a los fármacos antibacterianos. Basta con que completen la duración del tratamiento estipulado por su facultativo y no abandonarlo cuando empieza a hacer efecto porque “eso impide erradicar del todo las bacterias causantes de la infección que a la larga contribuye a hacerlas más resistentes al tratamiento”, aclaran.
Otro consejo de los facultativos del hospital “Santa Bárbara” a tener en cuenta es el de evitar la automedicación, no caer en el error de ir al botiquín a por los comprimidos sobrantes de un tratamiento anterior cuando aparecen síntomas que se intuyen similares.