En muchos países el cáncer es la segunda causa de muerte en niños mayores de un año, superada solo por los accidentes.
Afortunadamente, en los últimos años se han registrado avances muy importantes en el tratamiento del cáncer infantil.
Los niños son diferentes de los adultos por lo que, de manera general, es importante, tomar acción cuando se detecta cualquier signo o síntoma diferente de lo normal. En resumen, aunque el cáncer pediátrico no es prevenible el objetivo de lograr una detección temprana puede ser lograda por profesionales de la salud que hacen una historia clínica meticulosa, un buen examen médico y que escuchan a los padres.
El cáncer infantil comprende numerosos tipos de tumores diferentes que se desarrollan en este grupo de población.
Los tipos más comunes son la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
Por lo general, en el cáncer infantil no existe la prevención primaria, ni detección mediante cribado.