Día Mundial de la Tuberculosis

¿Qué es la tuberculosis?

La tuberculosis es causada por Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones. Se trata de una enfermedad curable y prevenible.

Se calcula que una cuarta parte de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis, lo que significa que dichas personas están infectadas, pero aún no han enfermado ni pueden transmitir la infección.

La infección se transmite de persona a persona a través del aire. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos de estos bacilos para quedar infectada.

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas comunes de la tuberculosis pulmonar activa son: tos productiva (a veces con sangre en el esputo), dolores torácicos, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos.

La OMS recomienda el uso de pruebas rápidas de diagnóstico molecular como prueba diagnóstica inicial en todas las personas con signos y síntomas de tuberculosis, ya que tienen una alta precisión diagnóstica y conducirán a mejoras importantes en la detección precoz de la tuberculosis y la tuberculosis farmacorresistente.

La tuberculosis es una enfermedad de declaración obligatoria en España. Las autoridades de salud pública de las Comunidades Autónomas notifican los casos al Centro Nacional de Epidemiología, a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE).

Tratamiento

El tratamiento de la tuberculosis tiene dos objetivos principales:

  • Interrumpir la transmisión de la enfermedad actuando sobre las personas que están infectadas (para que no enfermen)
  • Tratar a los enfermos para impedir que transmitan la enfermedad, curar su enfermedad y evitar que desarrollen complicaciones.

No hay que olvidar que el tratamiento correcto de la tuberculosis es la mejor medida de control de la enfermedad. Se considera que, en los casos de tuberculosis pulmonar sensible a los fármacos, transcurridas dos semanas de tratamiento, los enfermos dejan de ser considerados potencialmente infecciosos.

Es imprescindible realizar el tratamiento completo, no abandonarlo, para evitar las recidivas de la enfermedad y la aparición de tuberculosis resistente a los medicamentos, mucho más difícil de tratar y que causa complicaciones con mayor frecuencia.

Cuando se diagnostica y se notifica un caso de tuberculosis se realiza un estudio de contactos en el entorno del enfermo, a través del cual se pueden descartar otros posibles casos de infección o enfermedad e iniciar, si es necesario, el tratamiento adecuado lo antes posible.

Es preciso recordar que la tuberculosis sigue siendo un importante problema de Salud Pública y que es fundamental realizar el estudio de contactos y no abandonar el tratamiento hasta que finalice.

Datos sobre Tuberculosis

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la TB sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más letales del mundo. Cada día mueren más de 4100 personas de tuberculosis y cerca de 28 000 personas contraen la enfermedad, pese a que puede prevenirse y curarse. Se calcula que, gracias a los esfuerzos mundiales contra la tuberculosis, 74 millones de personas han salvado la vida desde el año 2000. Sin embargo, los datos, hoy en día, siguen siendo alarmantes; en el año 2022: 10.6 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1.3 millones de personas fallecieron por esta enfermedad.

En España en 2020 se notificaron más de 3834 casos, con una incidencia de 7.78 casos por 100.000 habitantes. Esta cifra supone un descenso del 19,9% con respecto al 2019 En 2020 se notificaron 219 defunciones y la mortalidad fue de 0,56 por 100.000 habitantes (0,81 en hombres y 0,32 en mujeres).

 

La Estrategia Fin a la Tuberculosis de la OMS y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas comparten el objetivo común de poner fin a la epidemia mundial de TB. La estrategia de la OMS recoge como indicadores que para 2035 se reduzca la mortalidad por TB en un 95% en comparación con 2015 y se reduzca la tasa de incidencia de TB en un 90% en comparación con 2015. En la estrategia se describen las medidas que deben adoptar todas las partes interesadas para posibilitar la atención centrada en el paciente, propiciar cambios audaces en las políticas y los sistemas sanitarios y promover una intensificación de las investigaciones y las innovaciones para poner fin a la epidemia y eliminar la TB. Se reconoce asimismo que la lucha frente a la tuberculosis va más allá de las acciones en el sistema sanitario y que hay que considerar los determinantes sociales y económicos de la enfermedad.

Según la Región Europea de la OMS, para llevar a cabo el Plan de Acción contra la Tuberculosis, es necesario ampliar el diagnóstico rápido y garantizar un tratamiento eficiente y adecuado para todos. Con este fin, el uso racional de nuevas pruebas de diagnóstico, nuevos medicamentos y tratamientos más cortos se llevarán a cabo en un modelo de atención centrado en las personas. Junto con las herramientas existentes, son muy necesarios los enfoques innovadores y la investigación para nuevas herramientas, como una vacuna más eficiente, y la promoción de enfoques intersectoriales e innovadores, fortalecimiento del sistema de salud para abordar las inequidades.