El 14 de junio de cada año, el mundo se une para celebrar el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha clave destinada a sensibilizar sobre la importancia crítica de las donaciones de sangre y plasma para el tratamiento y la supervivencia de pacientes que requieren transfusiones.
Esta conmemoración no solo rinde homenaje a los millones de personas que donan sangre de manera altruista, sino que también busca promover una cultura de donación voluntaria y regular vital para mantener un suministro seguro y sostenible de sangre y productos sanguíneos.
La elección de 14 de junio tiene un significado especial, pues coincide con el aniversario del nacimiento de Karl Landsteiner, el patólogo y biólogo austriaco galardonado con el Premio Nobel por su descubrimiento de los grupos sanguíneos. Este hallazgo revolucionario no solo abrió el camino para las transfusiones sanguíneas seguras, sino que también ha salvado incontables vidas desde entonces.
¿Qué es la transfusión sanguínea?
Es un procedimiento mediante el cual se transfiere sangre de una persona a otra para reponer los componentes sanguíneos que disminuyen por causa de una cirugía, lesión, trastorno hemorrágico o enfermedad (cáncer, hemofilia, diabetes, entre otros).
La sangre posee los siguientes componentes sanguíneos:
- Glóbulos rojos: transportan oxígeno y ayudan a eliminar desechos.
- Glóbulos blancos: ayudan al organismo a combatir infecciones.
- Plasma: constituyen la parte liquida de la sangre y sirve para trasportar células, nutrientes y otros elementos del sistema inmunológico.
- Plaquetas: permiten la adecuada coagulación de la sangre.