Día Mundial del Asma

El 7 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma. Es un evento anual organizado por la Iniciativa Global para el Asma (GINA) para mejorar la concienciación y el cuidado del asma en todo el mundo.

El primer Día Mundial del Asma, en 1998, se celebró en más de 35 países conjuntamente con la primera Reunión Mundial sobre el Asma celebrada en Barcelona España. La participación ha aumentado con cada Día Mundial del Asma que se celebra desde entonces, y el día se ha convertido en uno de los eventos de educación y concienciación sobre el asma más importantes del mundo.

Este año el tema es: “La educación sobre el asma empodera”. GINA enfatiza la necesidad de capacitar a las personas con asma con la educación adecuada para controlar su enfermedad y reconocer cuándo buscar ayuda médica. Se pide a los profesionales de la salud que aumenten su conciencia sobre la continua morbilidad y mortalidad evitables por asma y la evidencia publicada sobre el manejo eficaz del asma, de modo que estén preparados para brindar información confiable y un tratamiento óptimo a sus pacientes.

El asma es una de las enfermedades crónicas o transmisibles más comunes que afecta a más de 260 millones de personas y es responsable de más de 450.000 muertes cada año en todo el mundo, la mayoría de las cuales se pueden prevenir.

Los problemas universales clave sobre los que se requiere educación son el diagnóstico insuficiente o inexacto, el uso insuficiente de inhaladores de corticosteroides inhalados antiinflamatorios, el uso excesivo y la dependencia excesiva de los inhaladores de agonistas beta2 de acción corta (SABA) y el reconocimiento deficiente de los pacientes que requieren evaluación especializada y gestión posterior. En los países de ingresos medianos bajos, la falta de disponibilidad de medicamentos inhalados y especialmente de inhaladores que contienen corticosteroides es un factor importante que contribuye al hecho de que más del 90% de las muertes por asma ocurran en estos países.

SUS PRINCIPALES CAUSAS:

El asma no es causada por una sola razón, sino que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Sus desencadenantes más comunes son:

  • Predisposición genética.
  • Partículas suspendidas en el aire como: polen, esporas, polvo o restos de insectos orgánicos.
  • Infecciones respiratorias previas.
  • Conservadores contenidos en bebidas y alimentos procesados.
  • Aire frío y sus contaminantes que causan irritación.